viernes, 14 de diciembre de 2012

Encontrar el amor en internet es para los feos

Tuve mi primer teléfono móvil cuando casi nadie tenía teléfono móvil. Tenía un trabajo que me exigía estar en la calle la mayor parte del día y a la vez estar en permanente contacto con mis clientes. Recuerdo que cuando el trasto aquel sonaba, todo el mundo me miraba como si de repente me hubieran salido unas desagradables antenas verdes bajo las axilas.

Hoy día me miran con la misma cara de perplejidad cuando les digo que no tengo teléfono móvil.

Hago esta elipsis narrativa para hacer ver que cada vez que surge una novedad tecnológica, hay una horda de inmovilistas dispuesta a criticarla con frases hechas (los cd se estropean antes que los vinilos, el microondas provoca cáncer, facebook es inseguro...). Eso sí, poco tiempo después esas mismas personas que denigraban dichos avances se convierten a ser sus más fervientes seguidoras, pasando a denigrar a los que no los utilizan.

Encontrar el amor en internet es uno de esos avances incómodos que no se libró de su frase hecha, que es la que da título al presente artículo: Encontrar el amor en internet es para los feos. 

Se pretendería basar tamaña barbaridad en que las personas menos agraciadas físicamente preferirían encontrar el amor en internet, para hacer predominar otras cualidades personales por encima de su físico. Como hipótesis es aceptable, pero en caso de aceptarla como buena deberíamos catalogar como feos a casi el cincuenta por ciento de la población sin pareja menor de cincuenta años, que es la que según los últimos  estudios se ha registrado alguna vez en una web para encontrar el amor en internet o ha participado en algún canal de chat encaminado a encontrar el amor.

No os dejéis llevar por percepciones supérfluas. Con independencia de que cada persona puede escoger el medio en que se sienta más cómoda para desarrollar sus atractivos, el hecho cierto es que hoy día, al igual que en el caso de los móviles, los marcianos son los que no utilizan internet para encontrar el amor.

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