Encontrar el amor en internet, como decíamos, presenta una serie de matices distintos a hacer lo propio a la manera tradicional. Una de esas diferencias tiene que ver con la forma de comunicarse.
En el amor tradicional, por así llamarlo, las conversaciones de los enamorados transcurren a través de todos los sentidos. Una frase se acompaña de una caricia, una mirada hace que el silencio no resulte incómodo, hay estímulos comunes que sirven para que la conversación fluya (ese trueno en la tarde de tormenta, ese paraguas abandonado que acabáis de encontrar, el peculiar acento del camarero que os sirvió los cafés, etc)
En el amor a través de intenet las conversaciones apenas no son ni conversaciones, si acaso un lento -a veces demasiado lento- esperar a que la web se refresque y con ella lleguen cual restos del naufragio a la arena las palabras de la otra persona. No hay ningún sentido más implicado en la conversación, si acaso el oído repasando el martillear de nuestros dedos sobre el teclado.
Encontrar el amor en internet es, entre otras cosas, apostarlo todo al qué, y no al cómo. Leemos lo que nuestro amor virtual dice, pero no sabemos cómo lo dice ni si sonríe o mira cálidamente cuando lo dice. No hay piel, ni complicidad con el entorno. Sólo dos personas y una conversación aséptica.
Pero precisamente esa falta de distracciones que propicia una conversación a través de internet hace que nos centremos en lo importante y desechemos detalles que, no por atractivos, lo único que hacen es emborronar la visión global que nos podemos hacer de la persona con la que chateamos. Por lo tanto, podemos concluir que encontrar el amor en internet nos permite ser más certeros a la hora de encontrar una persona compatible con nosotros.
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